Donald Trump invirtió más de 53.000 dólares en Facebook durante su campaña electoral. ¡Y le funcionó!
¿Sabías que casi un 90% de los usuarios de Internet acceden a redes sociales? ¿Y que uno de cada tres minutos que se emplean frente a la pantalla del ordenador se usan para navegar por estas plataformas? ¿Qué responderías si te decimos que tres de cada cuatro usuarios consideran las publicaciones en redes sociales como un factor fiable a la hora de realizar una compra? Con estos datos, parece obvio que tener perfiles públicos es obligatorio para cualquier empresa, sea del sector que sea.
La comunicación ha cambiado por completo en estos últimos años. El papel, aunque todavía eficaz, está perdiendo fuerza en detrimento de Internet, que aglomera millones de personas y es capaz de llegar, en cuestión de milésimas de segundo, a cualquier parte del globo. El propio Donald Trump invirtió más de 53.000 dólares en Facebook durante su campaña electoral entre anuncios, publicaciones, promoción y visibilidad. Los expertos coinciden en señalar que esta estrategia fue fundamental para llegar al público más joven, algo que, a otras escalas, ya hacen más del 90% de empresas del mundo.
Los perfiles públicos de Facebook, Twitter, Instagram o LinkedIn no solo generan visibilidad, sino que aportan una serie de beneficios que jamás antes estuvieron tan cerca de las corporaciones. Gracias a ellos se puede interactuar, de manera inmediata, con el público, con mensajes directos, rápidos y ágiles que hacen que la comunicación fluya y el grado de satisfacción del cliente aumente. Además, las redes sociales permiten seguir de cerca a la competencia, sus actuaciones, su comportamiento, su estrategia y su desarrollo, y actuar en función a ellos. Más del 50% de las empresas que las usan reconocen haber aumentado sus ingresos y haber incrementado el número de clientes.
Pero ¿qué red social es mejor? Todas. Si tienes la posibilidad de tener un perfil en cada una, hazlo. Si lo gestionas bien, no tendrás nada que perder. No obstante, no todas son iguales. Facebook es la más grande, con cerca de 800 millones de usuarios activos. Su media de edad, además, es algo superior a la de Twitter o Instagram. Mientras en la primera las interacciones son constantes, la segunda es más visual. Por su parte, LinkedIn tiene un perfil más profesional, ideal para los negocios. Pinterest o Youtube también son otras opciones, dependiendo de las necesidades de la empresa de la que hablemos.
Las redes sociales sirven para formar opinión, para buscar información, para asesorarse sobre productos, para hablar con las marcas y, por supuesto, como ayuda para comprar. En otras palabras: sirven para existir. Y bien usadas son una herramienta inmejorable de crecimiento.